Desde años, el centro histórico de Guadalajara ha experimenta un series de iniciativas invasivas que han pretendido impulsar un cambio de cultura y comunidad en los barrios centrales.Estos esfuerzos, junto con grandes proyectos inmobiliarios, han suscitado preocupación por la gentrificación.
Sin embargo, una investigación sobre los perfiles empresariales de la ciudad muestra que su éxito a la hora de transformar estos espacios y atraer a nuevos vecinos de mayor poder socioeconómico ha sido limitado.
¿La resulta? Gentrificación sin gente.
Julio vive en una vecindad cerca del Parque Morelos, pero se mudó al centro hace 17 años. Su renta se ha triplicado (***) en ese tiempo; cada aumento carcome el persistente temor del día en que no lo obligarán a irse.
En los últimos anos, Julio experimentó un crecimiento en su renta parecido. Su departamento modesto dentro de una vecindad vieja ha subido *** en los últimos *** anos. Ahorita a XXX*** presos, casi creció fuera de lo que puede pagar. Pero ser al centro es una necesidad que todavía vale la pena económica: por caminar a trabajo, por acceso a servicios urbanos, por no perder horas viajando en autobús.
Qué hará si sigue aumentando, no lo sabe.
***ESPERO NUEVA ENTREVISTA, FORMAL Y GRABADO ESTA SEMANA***
Cuando se mudo la zona era ***. En los últimos anos, crecieron gran projectos de vivienda vertical que se ciernen sobre la calle de abajo. La experiencia del barrio ha cambiado.
Al mismo tiempo, el proyecto que pretende transformar Guadalajara en un ciudad de tecnología, a ‘tech hub’ como San Francisco o Austin en los Estados Unidos y Dublín en Irlanda.
Todas estas ciudades están marcadas por conflictos enorme en el tema de la vivienda, con rentas que crecen fuera de control, desplaciendo cuídanos y negocios locales. En Guadalajara, muchos identifican los mismos patrones.
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“De uno en uno, muchos de los barrios populares de Londres han sido invadidos por las clases medias —bajas y altas—”, escribió Ruth Glass en 1964, preocupada por un proceso de desplazamiento que notó en la ciudad. Lo llamó gentrificación.
Gentrificación, sostuvo, “avanza rápidamente hasta que todos o la mayoría de los ocupantes originales de clase trabajadora son desplazados y todo el carácter social del distrito cambia”.
En Guadalajara, el centro histórico es emblemático en conversaciones sobre gentrificación —rentas caras y grandes proyectos invasivos—, pero no parece una forma clásica del fenómeno.
Más bien, la zona está sufriendo las consecuencias de gentrificación como rentas caras, desplazamiento y limpieza social. Pero parece que todavía no se transformarse en un barrio con las características y el carácter de clase media-alta.
Un análisis del carácter económico del promedio de la ciudad y el de cinco colonias identificadas como de altos recursos socioeconómicos por el índice de marginación de CONAPO —y reafirmadas como tales en la imaginación popular según entrevistas callejeras: Ladrón de Guevara, Providencia, La Americana, Chapalita— muestra algunas distinciones fuertes.
Según los datos de la vigésima edición del DENUE (2025), una base de datos de unidades económicas publicada por el INEGI, estas colonias cuentan con un porcentaje muy bajo de comercio menor, pero tienen una representación mucho más grande de sectores como servicios financieros o servicios de salud. Igualmente, tienen el doble de porcentaje en servicios culturales, deportivos y otros servicios recreativos.
Mapeando la distancia de las colonias con cincuenta o más negocios en los municipales céntricos contra este perfil de colonias con altos recursos, vemos que, las colonias son concentrados en el oeste de la ciudad.
El investigador del mercado inmobiliario de la Universidad La Gran Colombia, Dr. Alejandro Guerrero, examina la gentrificación en contextos latinoamericanos y propone que el proceso ocurre cuando una comunidad o grupo socioeconómico es desplazado por otro con mayores recursos y capital social.
Siguiendo también la definición de Ruth Glass, un cambio sociocultural además del económico y del desplazamiento es fundamental para la gentrificación. Así, el hecho de que los barrios del centro histórico sigan muy lejos de este perfil de clase media alta sorprende.
Una comparación entre las distancias en 2019 y 2025 complica aún más la visión de la gentrificación en Guadalajara: estas colonias están moviéndose en la otra dirección.
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Distintas ofertas de negocios, como tal, implican diferencias en la vida cotidiana de un barrio que afectan el estilo de vida de la zona y responden al nivel socioeconómico y a los hábitos de consumo de sus habitantes.
“Lo que responde es el consumo conspicuo, el consumo de lujo llevado al hogar; todo eso distingue cuál es mi identidad”, explica Monika Meireles, investigadora de la Unidad de Economía Fiscal y Financiera del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc-UNAM).
“Allá tengo muchos bancos, centros comerciales y más áreas verdes para mis hijos”, explica Irma, una mamá joven, sobre por qué se mudó al oeste de la ciudad desde San Andrés, donde creció.
Para ella, el oeste de la ciudad significa una vida mejor para sus hijos y, además, la cercanía de bancos y centros comerciales facilita su estilo de vida preferido. Los servicios que ofrece ese tipo de barrio corresponden a sus aspiraciones y son una oferta distinta a la de su colonia familiar en el poniente
Su lógica se refleja en los datos, que muestran claramente las diferencias en la oferta de negocios en distintas partes de la ciudad. El poniente cuenta con muchas más tiendas de abarrotes y tortillerías, por ejemplo, mientras que el oeste tiene una concentración de servicios médicos e inmobiliarios.




En las colonias del centro histórico, siempre presentes en conversaciones de gentrificación, vemos una gran disimilitud respecto a los barrios más ricos. Aun así, mudarse desde el oeste hasta el centro o poniente implica un cambio de vida, sobre todo en consumo y transporte —y, para algunos, una cercanía incómoda con la pobreza.
Elisabeth creció cerca del Parque Morelos, justo en el límite del corazón de la ciudad, y regresó a la casa familiar para vivir con su madre el año pasado. Sin embargo, muy pocas de las personas con las que creció permanecen en el barrio; la mayoría se mudó al oeste hace muchos años y no planea regresar. (ESPERANDO NUEVA ENTREVISTA ESTA SEMANA POR AJUNTAR MÁS CON CLARIDAD DE USO)
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“Desde hace años”, explica Luís Ángel Flores Hernández ***, “el gobierno se está enfocando en proyectos para eliminar las manifestaciones visibles de la pobreza urbana, no la pobreza ni sus causas”.
Más bien, “puede hacer muy poco para enfrentar la creciente desigualdad que reina en el país”, pero sí puede intentar preparar un barrio para una comunidad con mayor poder adquisitivo.
En 2015, el gobierno expulsó a los vendedores ambulantes de las calles para “regularizar” la economía informal, solo un ejemplo del intento por blanquear el centro de la ciudad y hacerlo más atractivo para quienes tienen recursos y pueden elegir dónde vivir.
Se ha enfrenado debido a la persistente segregación de las clases socioeconómicas en la ciudad, la enorme distancia entre sus estilos de vida y la persistencia de Guadalajara experimenta un proceso de gentrificación con carácter distinto en que, durante años, esfuerzos invasivos del gobierno y los inversionistas de propiedad han intentado preparar el centro por la llegada de clases ricas (***).
En la ultima decada, también, el gobierno tambien presenta varios planes por la ‘repoblacion’ del centro historico con la intencion de redensificar y construyer más vivienda. Pero el efecto sobre la vivienda disponible y accesible ha sido limitado.
O, como lo explico Daniel González Romero, investigador en la CUAAD, “no se trata de repoblar, sino de construir.”
Con todos estes intervenciones el gobierno ha señalado que existe un incentivo de mercado en el centro: se está convirtiendo en una oportunidad de inversión.
Y ya llegaron inversiones de organizaciones privadas. Hay varios ejemplos por la zona, incluso una en desarrollo de construir departamentos de lujo como que se llama Angulo 159 por TDP.
Aunque aún no se construye, se anuncia en redes sociales a compradores potenciales no como vivienda, sino como inversión en el centro de la ciudad, señalando posibles inquilinos (médicos, estudiantes, “inquilinos deseables”) e incluso sugerencias de éxito como Airbnb. No son anuncios dirigidos a propietarios-habitantes.
También se nota que, aunque hay proyectos inmobiliarios en el centro, las empresas inmobiliarias todavía prefieren una base más fuerte en el poniente.
En este contexto de financiarización de la vivienda —en que la vivienda se ha convertido en una oportunidad de inversión, un vehículo para acumular capital— nadie es inmune. Quienes rentan ven sus pagos subir a niveles imposibles, y quienes son propietarios ven que vender, poner en Airbnb o subdividir y rentar sus casas puede tener más sentido económico.
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Sin embargo, incluso una década después, estos esfuerzos no han logrado contrarrestar los “estigmas que terminan reproduciendo y reafirmando las diferencias que los separan”, para usar la terminología de Máximo Ernesto Jaramillo al escribir sobre cómo la desigualdad… En la región metropolitana, la segregación y la estigmatización persisten.
Una mezcla de proyectos invasivos del gobierno e intereses privados ha intentado por años transformar el centro histórico en una zona que atraiga, de nuevo, a personas con mayores recursos, pero no han tenido el éxito que buscan.
Así vemos un fenómeno distinto: una zona que sufre las consecuencias de la gentrificación, pero que todavía no atrae a las personas con altos recursos —los gentrificadores. Para quienes pueden elegir, vivir en el poniente sigue siendo la aspiración.
Caminando por la zona de noche, se ven puertas abiertas a nivel de calle, difuminando límites entre lo público y lo privado. Los sonidos cotidianos salen a la banqueta; viejas películas funcionan como banda sonora para conversaciones entre habitantes y vecinos.
A pocos pasos, los nuevos edificios se alzan imponentes, altos e impenetrables, con seguridad privada vigilando las entradas. Pocas ventanas iluminadas.
“¿Están dispuestas las clases medias y altas a repoblar el corazón de la ciudad?”, preguntaron Horacio Espinosa y Fernando Cornejo Hernández en un estudio publicado en 2022.
Parece, todavía, que no.
Mapas
Explora Guadalajara y la red de negocios que hay por toda la ciudad a través de mapas interactivos.
Los datos
Medir la gentrificación a través de datos, las posibilidades y las complicaciones.
Diccionario
Índice de terminología de vivienda.
Acerca el Proyecto
Desarrollo y metodología de la investigación.
Gentrificación en Guadalajara: Santa Tere
La dinámica particular de la gentrificación en Santa Teresita.
Datos
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